LA COHERENCIA
Si buscas -quieres conocer- o utilizas un tipo -una manera, forma, etc.- de agua en el mundo, por muy lejos que vayas para eso, lo que utilices, será agua; si utilizas -para convivir, para comunicarte, para referenciarlo- un tipo de ser humano, vayas a donde vayas, en coherencia es un ser humano; si utilizas un tipo de argumento racional, vayas a donde vayas, ha de ser racional: esa es la coherencia.
Claro, ser coherente no es una conveniencia o un informar o un establecer “lo que me parece”, sino es un estar siempre “en unas mismas reglas de juego” -para dar constante ejemplo de responsabilidad y de sensatez-, o sea, es el utilizar siempre la realidad con la razón aunque, además, seas sensible; aunque, además, tengas hábitos culturales o costumbres; aunque, además, tengas ideales o pasiones.
Eso es así contra la confusión, porque muchos hablan de tipos o maneras de mujer para concluir en lo que no es una mujer; si tú hablas de un tipo de “mujer”, sea quien sea, tú estás hablando solo de “mujer”, y por nada puedes separarte -para cualquier justificación emocional- de que estás hablando -al fin y al cabo- de “mujer”.
Lo que hables, cierto, ha de ser compatible con los hechos, no solo con tus emociones; porque si tú hablas de un “tipo de verdad” -o de razón-, tú estás hablando de “verdad” ante todo, no que por ser “un tipo” -o una forma- ya deja de ser verdad.
Así, en tal contexto de la coherencia, si tú hablas de “mi verdad” ante todo estás hablando de la “verdad” -lo que ha de tener una compatibilidad o se remite a los hechos-.
Y, por sobreentendido, la coherencia es racional -o ética que está dentro de lo racional-; no se puede decir -utilizando o aplicando otras reglas de juego en conveniencia- que tienes “una coherencia ideológica”, “una coherencia religiosa” o “una coherencia pasional” para eximirla de lo racional y, así, por tal vía libre a “todo vale”, justificar cualquier aspecto evidentemente subjetivo; por lo que es una seudocoherencia. Lo primero es lo primero, y la coherencia base u objetiva es el utilizar por constancia la realidad con la razón, antes que con lo que se cree, se rumorea, se transmite interesadamente por grupos o corporativismos, se sospecha por prejuicios o se imagina.
Si tú estás hablando de tipos de información rigurosa con los hechos, sin irte a los cerros de Úbeda, tú estás hablando -para que no seas incoherente- de información rigurosa con los hechos, sea cual sea la etiqueta que a gustos se le ponga.
Si buscas -quieres conocer- o utilizas un tipo -una manera, forma, etc.- de agua en el mundo, por muy lejos que vayas para eso, lo que utilices, será agua; si utilizas -para convivir, para comunicarte, para referenciarlo- un tipo de ser humano, vayas a donde vayas, en coherencia es un ser humano; si utilizas un tipo de argumento racional, vayas a donde vayas, ha de ser racional: esa es la coherencia.
Claro, ser coherente no es una conveniencia o un informar o un establecer “lo que me parece”, sino es un estar siempre “en unas mismas reglas de juego” -para dar constante ejemplo de responsabilidad y de sensatez-, o sea, es el utilizar siempre la realidad con la razón aunque, además, seas sensible; aunque, además, tengas hábitos culturales o costumbres; aunque, además, tengas ideales o pasiones.
Eso es así contra la confusión, porque muchos hablan de tipos o maneras de mujer para concluir en lo que no es una mujer; si tú hablas de un tipo de “mujer”, sea quien sea, tú estás hablando solo de “mujer”, y por nada puedes separarte -para cualquier justificación emocional- de que estás hablando -al fin y al cabo- de “mujer”.
Lo que hables, cierto, ha de ser compatible con los hechos, no solo con tus emociones; porque si tú hablas de un “tipo de verdad” -o de razón-, tú estás hablando de “verdad” ante todo, no que por ser “un tipo” -o una forma- ya deja de ser verdad.
Así, en tal contexto de la coherencia, si tú hablas de “mi verdad” ante todo estás hablando de la “verdad” -lo que ha de tener una compatibilidad o se remite a los hechos-.
Y, por sobreentendido, la coherencia es racional -o ética que está dentro de lo racional-; no se puede decir -utilizando o aplicando otras reglas de juego en conveniencia- que tienes “una coherencia ideológica”, “una coherencia religiosa” o “una coherencia pasional” para eximirla de lo racional y, así, por tal vía libre a “todo vale”, justificar cualquier aspecto evidentemente subjetivo; por lo que es una seudocoherencia. Lo primero es lo primero, y la coherencia base u objetiva es el utilizar por constancia la realidad con la razón, antes que con lo que se cree, se rumorea, se transmite interesadamente por grupos o corporativismos, se sospecha por prejuicios o se imagina.
Si tú estás hablando de tipos de información rigurosa con los hechos, sin irte a los cerros de Úbeda, tú estás hablando -para que no seas incoherente- de información rigurosa con los hechos, sea cual sea la etiqueta que a gustos se le ponga.