sábado, 23 de marzo de 2013

MODERADO significa que un ser humano o un modo de actuar está alejado de los extremos y de los excesos. Así es, y no tiene nada que ver con las protestas, con las exigencias o con las denuncias que cualquiera, conforme a su activo -y no pasivo- deber cívico o ético, debe de hacer.
Sin embargo, engañan y manipulan muchos de los que se atribuyen tal cualidad, puesto que defienden al mismo tiempo posturas extremas de intolerancia -que no las moderan nunca contra los demás- como son: que un homosexual no pueda decidir casarse en igualdad de derechos, que una mujer no pueda decidir no tener hijos en igualdad de derechos, la defensa a ultranza de los empresarios por encima de la defensa de los trabajadores, etc.
Porque verdaderamente -sin engaños- moderación conlleva imparcialidad, equidad y transigencia; justo lo que un partido -o el secuaz partidario- NUNCA puede tener, ya que imposible que un partido político sea no partido o imparcial, imposible es que se atenga a la equidad cuando no tiene equidistancia -al ser una parte- e imposible es que sea transigente cuando las medidas esenciales del otro partido nunca las aceptará.
Por lo tanto, la moderación solo es condición de una personalidad que, coherentemente, la demuestra, no sujetándose a condiciones de partido.